Comentario
Hace ya muchos años que han dejado de hacerse apreciaciones globales sobre la población hispanoamericana de estos siglos preestadísticos, en los que todo cálculo resulta discutible. Los estudios regionales han avanzado mucho, sin embargo, demostrándonos lo hipotético de los datos totales que se manejaban hace unos años. El tema parece obligado en un manual, pese a todo, por lo que vamos a dar algunas cifras, con todas las reservas del caso, y a título puramente referencial. Para ello escogeremos el momento de mediados del siglo XVII, que marca el mínimo demográfico del período colonial (a partir de entonces inició un proceso rápido de recuperación que permitió alcanzar los casi diez millones a comienzos de la centuria siguiente). La población hispanoamericana se cifra por entonces en algo más de siete millones de habitantes, 7.033.000, distribuidos de la siguiente forma:
Grupos Núm. hab. %
Indios 5.000.000 71,1
Negros 735.000 10,4
Blancos 659.000 9,4
Mestizos 400.000 5,7
Mulatos 239.000 3,4
Totales 7.033.000 100
Lo más sobresaliente de estos datos es la enorme pérdida de población, pues se estima que Hispanoamérica tuvo unos 65 millones de habitantes en 1492, como veremos más adelante. La tabla nos revela que los indios seguían siendo el grupo predominante (71,1%), pese a la conquista y al trabajo obligatorio. También es interesante anotar que los negros (10,4%) sobrepasaban entonces a los blancos (9,4%). Finalmente apreciamos un enorme aumento del número de mestizos (5,7%) y de mulatos (3,4% ), representando ya una amenaza para la estabilidad social. Lo más característico de esta sociedad es que el 85,5% de ella (indios y esclavos) estaba obligada a trabajar (bien como tributarios, bien como esclavos) para el 14,5% restante. Dados los niveles de miseria en que vivían los mestizos y mulatos, cabe decir que en realidad trabajaba para el 9,4% de los blancos, que eran quienes usufructuaban este capital-trabajo.